Entre 1896-1897 es considerados por especialistas los inicios del guaguancó en La Habana. Intoducido por los hermanos Apolonio y Carlos Víctor Lamadrid, obreros portuarios matanceros que por entonces fijaron su domicilio en un solar de la calle Bernal No. 22 , barrio de Colón. Luego de terminada la guerra de 1898, surgen algunos coros al calor de la sociedad abakuá, o simplemente los Coros de Clave ya existentes incorporan a su repertorio, además de las claves y las marchas abakuá, el rítmico guaguancó. Así como la guaracha, los cantos de tahona, las primeras comparsas y los estribillos cantados en “lengua africana” por los tangos de los cabildos, el guaguancó suena en las calles al triunfo de las armas mambisas y durante la evacuación de las tropas españolas.
El guaguancó es cantado y bailado, y de su existencia entonces conocen todas las “gentes de solar”, que lo prefieren por ser una expresión musical de lo criollo. Sin embargo, no es hasta el año 1908 que en La Habana los abakuá organizan, entre otros, el coro Los Capiroles del barrio de Colón, dirigido por Francisco Albo Ten-Tén y Carlos Víctor Lamadrid, y cuyo
Otro coro magnifico fue el de Los Roncos, del barrio habanero de Pueblo Nuevo, organizado por Agustín Gutiérrez (padre) e Ignacio Piñeiro, que frente al coro Paso Franco del barrio Carraguao sostuvo polémicas musicales amistosas que constituyen uno de los capítulos más interesantes de la historia social de la música cubana…El coro de clave y guaguancó Los Roncos, con Ignacio Piñeiro al frente, al comenzar la rumba se identifica cantando:
…la rumba cubana nunca padece de crisis, como tampoco ninguna manifestación folklórica valida, de raigambre popular. Luego de que Jorge Anckermann hizo bailar la columbia en el teatro Alambra, en la propia época (años treinta) la rumba recorrió los escenarios de Norte y Sudamérica, Europa y hasta Japón. Pero entre nosotros permanece lo que llamamos la fiesta rumba, a la que los rumberos de Cárdenas y de todo el sur de Matanzas le dicen timba (“Hay una timba en casa de Fulano”, “me voy pa’ la timba”), refiriéndose precisamente a la rumba como fiesta. El yambú, la columbia (con todos sus estilos de toques y bailes) y el guaguancó son las músicas que crea y disfruta nuestro pueblo en la más arraigada de sus formas de diversión. La rumba, toda una fiesta rebosante de vida y salud.