Surgió en 1908, fundada por los obreros cubanos que regresaban de Key West, en el barrio de Callo Hueso. En sus inicio estuvo formada por hombre solos, algunos de los cuales hacían la representación femenina vestidos de mujer. El tema y gira alrededor de un suceso muy común de la vida cotidiana de entonces:
Una vecina de un solar presta su batea a otra, que inmediatamente, comienza a lavar sus ropas, con ayuda de una amiga. En el afán por demostrar su destreza una de las dos provoca la ruptura de la batea. Se desata una riña entre la prestadora y las dos vecinas, con la intervención de los demás residentes. Todos juntos salen en búsqueda del batelero, del componedor de batea (personaje muy popular de finales del siglo XIX y principio del XX) que demuestra su habilidad en la reparación de bateas y la arregla en medio del regocijo de todos. Las vecinas se reconcilian, y en un estallido de alegría rompe una rumba con todas las de la ley. Bailan mujeres y hombres, ancianos y niños y se enciende el solar con el sonido de los tambores y los rumberos.
Referencia bibliográfica: Orovio, Helio: El carnaval habanero: su música y sus comparsas. Ed. Extramuros. La Habana. Cuba. 2005, pp. 85-86.
